Convertirse en un gran acróbata sobre telas no es nada sencillo, requiere de muchos entrenamientos, horas y horas, dedicados a perfeccionar cada movimiento físico, técnico, mental y el conocimiento total de la disciplina.
Eso cuatro factores son los que marcan la diferencia entre un gran acróbata sobre telas y un practicante medio, que siguiendo a Ruiz Pérez en su trabajo sobre: La Pericia en el Deporte, se puede llegar a dar cuenta de que para lograr un gran rendimiento en la acrobacia en telas, como cualquier otra práctica deportiva, se debe tener una constancia sostenida en el tiempo de entrenamientos y disciplina. Para lograr ser un experto en esta actividad se debe estar siempre preparándose mental y físicamente, dedicarle tiempo y horas de trabajo para incorporar las técnicas necesarias para realizarla. Al ser una práctica de riesgo, ya que se desarrolla en las alturas, mientras mayor sea la cantidad de información, entrenamientos y mejor este la mente más se acercara al rendimiento experto de la disciplina.
En la mayoría de los casos son jóvenes los que vienen practicando desde niños y llevan años de preparación en todos los aspectos requeridos. Pero no todos llegan a ejercer esta actividad a niveles de profesionalidad, ya que no son muchos los circos que resisten el progreso del entretenimiento, y las exhibiciones o competencias tienden a darse en los clubes que se práctica acrobacia entela y alguna que otra cita teatral realizada por alguna institución privada.
La tela no es solo una manera de ejercitar el cuerpo y la mente o de escapar a la rutina de la vida cotidiana. Es para muchos de sus adeptos una pasión, como lo es el fútbol o el tango para otros, que los lleva a dedicarle mucho tiempo y una constancia de entrenamientos que va más allá de lo que la disciplina misma requiere para ser además de un apasionado por la acrobacia en tela, ser un experto en ella.
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